EXPLORANDO EL VACÍO: REFLEXIONES DESDE LA TERAPIA

EXPLORANDO EL VACÍO: REFLEXIONES DESDE LA TERAPIA

EXPLORANDO EL VACÍO: REFLEXIONES DESDE LA TERAPIA

El libro “El vacío” de Anna Llenas me pareció brillante. A pesar de estar dirigido aparentemente a un público infantil, creo que es una obra que puede ser apreciada por cualquier persona.

Me pregunto si se refiere al vacío existencial, a la desconexión con nuestro interior, al encuentro con la soledad y la falta. Esto me lleva a pensar en mi trabajo como terapeuta con pacientes adultos, encontrando en ellos mucho miedo a la soledad; a quienes les dedico esta sección.

Explorando el vacío, me viene a la mente una paciente, prestigiosa profesional que dilata llegar a casa luego de una jornada de trabajo. Buscando constantemente llenar el tiempo con distracciones, con bares, redes sociales, etc.. ¿Qué pasa con el tiempo cuando no se llena de cotillón, o de tiempo abocado a otros?

Otro ejemplo de una paciente, con dificultades en soltar una relación que le hizo mucho daño.  Ella llorando se pregunta: … ¿por qué le sigo escribiendo? En el espacio terapéutico, explorando el vacío, llega a la conclusión de sostener ese vínculo por el miedo a quedarse sola, como una forma de compañía, aunque mala, pero compañía al fin.

Y la gran pregunta que nos atrapa explorando el vacío, es cuando en la soledad encontramos esa angustia que no podemos poner en palabras, que es tenebrosa, que nos asusta, entonces mejor la tapamos, y entonces se transforma en un nudo en la garganta, o en lágrimas sin palabras, o en un terrible dolor de panza, en un vínculo tóxico, pero vínculo al fin.

 ¿Es el vacío sinónimo de soledad, falta o encuentro con nuestra propia sombra?

Compartí este libro con tres jóvenes pacientes de 20, 25, 28 años en el consultorio. Con timidez y curiosidad, tomaron el libro entre sus manos y empezaron a pasar las páginas. No podían dejar de sorprenderse e identificarse con él. Recuerdo sus caras al terminar de leerlo. 

Una de ellas realizo una pausa, silencio, sonrisa y expresó: ”Me da miedo mirar ahí” Claro que da miedo. El vacío que a veces aparece en nuestras vidas, más profundo en algunos momentos y menos en otros, generalmente no nos gusta y nos asusta.  Queremos taparlo, disfrazarlo, distraernos o anularlo.

Ocupamos el tiempo en un torbellino de actividades, gastamos compulsivamente en apariencias, en redes sociales, en trabajar durante todo el día, en dedicar nuestras vidas a otros, etc.

Pero… ¿qué es lo que tapamos? ¿Pero qué pasa si nos detenemos, ponemos pausa, nos miramos, …” buscamos en nuestro interior” … atravesamos esa penumbra o ese mundo desconocido?

Solo allí podremos encontrar esa voz interior y el posible camino hacia el descubrimiento personal y ¿por qué no? el sentido o propósito de nuestras vidas.

Hoy tuve una sesión en línea con un paciente de 14 años que está atravesando el proceso de varios duelos. Me preguntó: …”Tatiana ¿qué crees vos de la muerte?”.

¡Que pregunta tan profunda me hizo, trabajamos toda esa sesión hablando de la muerte. ¿Y por qué no? ¿La muerte puede estar en el fondo de este vacío?

Hablar de frente sobre estas cuestiones hace difícil ponerle palabras. Creo que cuando miramos ahí donde no nos gusta, donde nos da miedo, podemos conocernos más, podemos bucear en nuestro interior y por qué no nutrir ese vacío, empezar a llenarlo con nuestro verdadero ser.

En definitiva, el vacío puede ser muchas cosas. Puede ser la soledad, la falta, la muerte, el encuentro con nuestros fantasmas. Al enfrentarlo y explorarlo, podemos encontrarnos a nosotros mismos y descubrir nuevas formas de vivir plenamente.

En la sociedad actual, estamos constantemente rodeados de distracciones y estímulos externos. Las redes sociales, el trabajo, la televisión, el consumo, todo esto nos mantiene ocupados y nos aleja de nuestro interior. Pero cuando todas las distracciones desaparecen, cuando estamos solos con nosotros mismos, podemos sentir el vacío y la angustia que lo acompañan.

En lugar de huir de estos sentimientos, es importante enfrentarlos y explorarlos. Esto no significa que tengamos que renunciar a todas las distracciones externas y vivir como ermitaños, sino que necesitamos encontrar un equilibrio entre nuestro mundo interior y el exterior.

Para lograr esto, es importante que nos demos tiempo para nosotros mismos, que nos permitamos estar solos y enfrentar nuestras emociones. Que nos demos permiso para explorar lo desconocido y aceptar que no siempre sabremos la respuesta.

La terapia puede ser una herramienta valiosa para enfrentar el vacío en nuestra vida. Pero también aprender a meditar, a hacer yoga, a pasar el tiempo con la naturaleza, a escribir, hacer arte, al practicar una actividad que nos apasione.

A final del día, el vacío no es algo que debamos temer. Es una oportunidad para conocernos a nosotros mismos y encontrar nuestro propósito en la vida.

EXPLORANDO EL VACÍO

Te dejo el video para que escuches y veas el cuento.

¿Hablamos?

Tatiana Rudov

+54 9 2944 60-6193

Telegram

@TatianaRudov

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