Así como se transforma nuestro cuerpo, así sucede con nuestra vida.
Cambia tu cuerpo, tus rutinas, tus prioridades, todo se transforma, desde ese mágico momento.
Ser mamá, es una bendición, es lo más bello que te pasa en la vida, pero también tiene su sombra, de la cual nadie te habla; de ese agotamiento, de las postergaciones, de la soledad, de las inseguridades de las tristezas y las culpas.
Pero ¿sabes algo? Es importante que te valores, que te cuides, que te priorices, que tus hijos te vean bien, que no te postergues.
Tómate tu tiempo para vos, sin culpas, ellos estarán bien, no tienes que se perfecta; relaja, descansa, nútrete emocionalmente. No te enfermes. Atrás de esa mamá hay una mujer.
Me pongo a pensar, cómo les enseñamos a nuestros hijos a valorar y respetar a las mujeres a cuidarlas y no dañarlas. Creo que tenemos una gran responsabilidad en eso, empezando por nosotras mismas.
Que pases un bello día.
Tatiana Rudov
DESCANSA
Nunca leí tanta verdad como en el siguiente texto:
“No tienes que darte cuenta de todo, no tienes que ser súper madre, súper esposa, súper ama de casa, súper profesional, súper mujer…
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